Al fin mi homúnculo fáustico sale de su campana de cristal para conocer el universo. Mi hijo de intelecto, mi otro hijo, ya que tengo uno de carne y hueso de quien estoy muy orgulloso.
El símbolo de la puerta, la que comunica los mundos, el pasado con el futuro, y otras cosas... me ha llamado mucho la atención desde siempre.
Espero que compartamos mis lectores y yo, las muchas reflexiones de mi obra.
Un abrazo, y si les interesa, contáctenme, con toda la esperanza...
Alejandro Cánovas Pérez
Félix, Posté le vendredi 27 novembre 2009 21:23
Hola Alejandro,
Dando tumbos de blog en blog he dado con el tuyo. Es una lástima que no nos hayamos tropezado por París, donde estuve 7 meses este año trabajando. Tampoco sabía que estuvieras por allá. Te recuerdo de cuando estábamos en Cuba, y trabajabas para la Fundación A. Carpentier; pero sobre todo, a través de Marcia.
Hace muchos años que no sé de ella, aunque también hace años que ya no vivo en la ciudad donde nos conocimos y donde estoy no me gusta andar preguntando por nadie. Es como abrir puertas a la curiosidad injustificable de los otros. Cuando hables con ella, dale un gran saludo de mi parte y dile que no olvido jamás nuestras largas charlas en la Facultad.
Un saludo también para ti y felicidades por tu libro. (Tu otro hijo, el de carne y hueso, ya debe ser un hombretón.)
Félix Ernesto.