Nihil sub solis...
Partir del neo-humanismo tomando como base la individualidad humana, el todo no está completo si no se toma en cuenta lo que hace del ser humano un individuo: su sociedad. Ambas cosas, individuo y sociedad, deben ir a la par en un mundo donde una pandemia nos recuerda la fragilidad de la existencia de los seres vivos, ya sean de la naturaleza, ya sean el HOMBRE mismo.
Nada de lo que pensamos que es lo esencial en la humanidad es “natural”. En realidad en el transcurso del desarrollo de la cultura humana, nos hemos transformado nosotros mismos a tal punto que lo que creemos historia, pasado, “construcción”, herencia... es tan artificial como el HOMBRE. Nuestra mirada no está acabada, si no estamos advertidos de ésta, su peculiaridad.
Pensando en arte, sigo mi propio método: “Creo en objetos de espíritu y los concibo a través de mi arte”. Es decir, que mi serie actual de desnudos masculinos y femeninos en pintura, alude a desvestirnos y pensar que la eternidad NO EXISTE PORQUE ES UNA INVENCION DEL SER HUMANO y que la naturaleza de la formamos parte, CAMBIA constantemente.
La ropa que nos cubre tiene quizás millones de años, no es más que andrajos y a fuerza de remiendos, oculta nuestro YO más precioso y verdadero que consiste en que solamente seremos únicos en la medida en que los Otros lo serán... y nuestra sociedad debe despojarse de las trabas que lo impiden.
Hagamos como en una gran orquesta en la que el resultado es uno solo...

Partage